Hace no demasiado tiempo terminé de leer un interesante libro que me recomendó un amigo. Se titula «El efecto compuesto«, del autor estadounidense Darren Hardy. Su propósito no es sino revelar al lector la importancia de nuestras pequeñas acciones cotidianas en el futuro, más allá del campo laboral o de los negocios. Esta obra nos ayuda en seis breves capítulos a utilizar a favor nuestro tiempo y alcanzar el éxito mediante la aplicación de buenos hábitos en nuestro día a día.
No existen fórmulas milagrosas que te hagan besar la gloria de la noche a la mañana, ni te volverás millonario de un plumazo (a menos que te toque la lotería). Este método nos anima a la constancia y al trabajo enfocándonos en el largo plazo, buscando esas pequeñas victorias en nuestro día a día que nos estimulen a seguir adelante.
Digamos que Pedro no decide hacer ningún cambio en su rutina. Él prefiere seguir con el mismo trabajo y con el mismo estilo de vida, ya que no le agradan mucho los cambios y prefiere la comodidad de conformarse con lo que tiene. No posee ambición. No está contento con su vida, pero rechaza el esfuerzo que supone el aspirar a más
Sin embargo, Paco decide hacer unos cambios positivos, sin llegar a ser radicales; empieza a leer libros, unas 10 páginas todos los días, a escuchar audiolibros de superación personal e incluso hacer algunos cambios en su dieta, intenta reducir sus calorías a 125 calorías por día. Además se propone no beber tanta bebida gaseosa, cambiándola por agua. También se anima a hacer ejercicio físico y se propone salir a caminar cinco o seis veces por semana. Se levanta temprano y realiza un recorrido moderado, pero que según él tendrá un beneficio a largo plazo si mantiene la constancia.
La ley del efecto compuesto no muestra demasiada transformación entre nuestros tres protagonistas a corto plazo, pero es entre el 20º y el 27º mes cuando los cambios entre ellos se hacen más evidentes. A partir de los dos años y medio, ya podemos decir que los cambios son manifiestos y totalmente visibles.
Paco, que invirtió 1000 horas en leer y escuchar audiolibros, se le nota más joven y más delgado. Todo su entorno aprecia en él una persona que está más concentrada en sus tareas, más ágil, incluso que su rendimiento laboral ha aumentado. Él cree que su relación familiar ha mejorado, ha desarrollado un oído y una empatía que le permite conectar mejor con los suyos.
Aún estás a tiempo de empezar a escalar tu propio Everest. Sí, sí, tú. Y desde Vivir con logros, vamos a estar ahí junto a ti para echarte una mano y aplaudir cada pasito que des. Cada día de dedicación es un triunfo. Y recuerda, la vida es una carrera de fondo, está permitido fracasar mil veces siempre que te levantes y vuelvas a la carga una y otra vez. Desde nuestro programa vamos a ayudarte a conseguir tu objetivo cada semana. Estamos plenamente convencido de que si reflexionamos nuestro efecto compuesto, vamos a alcanzar nuestra meta.