Formarte en lo que te gusta, encontrar un trabajo estable, conseguir una vivienda, crear una familia, viajar… parece que tienes la vida resuelta. Pero en cualquier momento, en nuestro camino aparece un contratiempo que nos pone a prueba. Algunos de estos imprevistos son de vida o muerte, como le sucedió a nuestra invitada.
Isabela nació en Palencia hace 44 años, aunque actualmente reside en Madrid. Es madre de dos hijos y acumula 22 años trabajando en la empresa estadounidense Procter & Gamble. Es experta en enseñar, transmitir, formar equipos de trabajo… Todo iba bien hasta que sufrió un ictus hemorrágico durante tan solo veinte semanas de embarazo de su hija Isabel.
Nos cuenta que sucedió de forma repentina. Ella estaba en casa, cuando de repente sufrió un dolor muy fuerte en la cabeza y a partir de ahí no recuerda más. Despertó en un hospital cuando ya todo había pasado. Resulta que sufrió un ictus que, en palabras del cirujano, no pintaba nada bien. Por fortuna se equivocó, y hoy está con nosotros en el programa. Su hija Isabela también se encuentra bien afortunadamente.
Tras este suceso, lo primero que tuvo que hacer Isabela fue aceptar su situación. No podía desempeñar el trabajo que tenía antes como comercial, pero hoy en día sigue manteniendo varias de sus habilidades. El ictus le supuso mucho tiempo de recuperación y parece que podía volver al trabajo. Pero una de las secuelas que le quedó fue agotarse rápidamente. Concentrarse durante tres horas acaba con una Isabela agotada, es un esfuerzo titánico para ella.
Los expertos le recomendaron trabajar 3 días durante 2 horas cada uno, ya que le afectaba a la concentración. La empresa lo entendió y aceptó ese horario. Esta experiencia le hizo desarrollar una sensibilidad especial con la discapacidad y desarrollar aún más su empatía.
Sufrió el ictus cuatro días antes de su 37º cumpleaños, día que pasó en coma. El hecho de despertar del mismo es una sensación parecida a «volver a nacer». La familia para ella lo es todo. Reconoce el gran esfuerzo de su madre de 70 años viajando a Suiza para verla, que no había viajado nunca sola al extranjero. Por otro lado, sus niños son para Isabela una bendición. En Ginebra no podía ir a buscar a sus hijos al cole porque estaba en silla de ruedas, por lo que sus profesores apenas la conocían. Un día fue a buscar a Diego y trató de levantarse de la silla para saludar a su profesora. Cuando Diego vio la silla vacía, dijo delante de todos sus compañeros “¡Esa silla es de mi mamá!” con mucho orgullo.
Ya en el tramo final de la entrevista, vamos tocando temas más concretos sobre Isabela. Por ejemplo, reflexionamos acerca de la dificultad de decir «te quiero», sobre todo en nuestra generación. O el significado que tiene para ella las flores, pues se declara fanática de ellas, pero le resulta chocante que muchas veces se regalen para quedar bien o salir al paso. También nos cuenta una anécdota muy curiosa. Su psicóloga le preguntó en una de sus sesiones que si tuviese que ser una princesa de Disney, cuál sería. Isabela respondió que Cenicienta, porque “nunca pensó que a su edad le pusieran tantas veces los zapatos”. Y es que a nuestra invitada no se le caen los anillos por pedir ayuda, de hecho se considera “super fuerte por pedirla”.
Ángel conoció a Isabela en el speaker talent del que tanto nos ha hablado. Al despedirse, le dio la pulsera porque daba por hecho que vendría algún día al programa. Y ese día llegó, lo cual nos llena de orgullo al poder contar con alguien que verdaderamente ha vivido con logros. La capacidad de superación de Isabela nos pone los pelos de punta, pues pese a todas las adversidades y mazazos del destino ha logrado sacar adelante su ámbito personal, laboral y familiar.