Los obstáculos que presenta la vida son inevitables. La forma de afrontarlos, depende de ti. No hay ningún problema con cambiar el rumbo en un momento dado, más si el objetivo es un futuro a medio plazo mejor. La transformación es parte del éxito. Historias como la de nuestra invitada de hoy sirven de inspiración para nuestros oyentes y lectores que puedan tener alguna duda sobre qué camino tomar.
Su nombre es Carmen López. Una mujer valiente, empoderada y, sobre todo, con valores y principios. Creció rodeada de su familia materna. Estudió turismo, aunque en un principio quiso ser veterinaria. Tras terminar la carrera, trabajó en una estación de esquí en Austria y luego vivió una temporada en Alemania. Allí, Carmen sufrió muchas adversidades, como por ejemplo quedarse sin piso en Berlín a -14º. Encontraron una casa vacacional a las afueras hasta que, cambio tras cambio, ella y una amiga lograron asentarse.
Fue una época de trabajos duros, de muchas horas y mal pagados, pero que le permitieron madurar y valerse por sí misma. Logró un puesto de trabajo en un hotel, donde conoció a su actual marido, con quien logró formar una familia con 3 hijos. Pasó una mala etapa en otro hotel con un jefe estricto y misógino, además de que el clima le acabó superando. Todos estos factores llevaron a Carmen a decirle a su (por entonces) novio que quería volver a Sevilla, se dieron unos meses y después de eso ambos se trasladaron a la capital andaluza.
El trabajo de recepción le gustaba por el trato con el público, pero no le garantizaba la estabilidad necesaria para formar una familia. Tenía una buena habilidad para vender, así que dio el salto al departamento comercial. De hecho, en la actualidad se define laboralmente como comercial senior. Carmen se decidió a emprender y montar su propio negocio, formando un negocio de alquiler de unos 7-8 apartamentos, pero la pandemia le descuadró todos los planes y tuvo que cerrar. Perdió mucho dinero, pero se lo tomó como una etapa más de su vida de la que pudo vivir y ser feliz.
Aceptarlo, dejarlo o cambiarlo. Las tres opciones que se le presentaban a Carmen. Ella prefirió aceptar la situación y reinventarse. Con todos sus aciertos y sus errores, Carmen dice que no cambiaría nada. Después de la tormenta, logró su actual trabajo de comercial de calle. En la actualidad, abarca un área bastante amplia de trabajo, rotando con sus compañeros diferentes zonas de España.
Ella siempre dice que el agradecimiento tiene que estar presente en todo lo que haces. De hecho, tiene un tatuaje recordando una experiencia vivida con sus amigas en un festival en la que simplemente le salió dar las gracias por todo lo que estaba viviendo. Su mayor logro: su familia y dormir con la conciencia tranquila. Este último parece un hecho bastante común y sencillo, pero tener la certeza de que aunque hayas tenido un día malo, estar tranquilo de que has hecho todo lo que estaba en tu mano es algo que no todo el mundo siente.
La importancia de saber venderte le abrió las puertas a muchos proyectos. De hecho, Carmen reconoce que tenía miedo escénico, así que se tomó algunas de sus experiencias comerciales profesionales como retos personales a superar. Logró conectar con el público y seguir creciendo, hasta que poco a poco fue desarrollando habilidades y técnicas comunicativas que le han servido mucho en su faceta laboral.
Es genial poder contar en Vivir con logros historias de superación como la de Carmen. Una mujer valiente, sin miedo a reinventarse y aventurarse en diferentes áreas cuando la vida la puso a prueba. Un verdadero ejemplo de inspiración emprendedora.