La felicidad es lo que nos mueve como individuos. Dedicamos toda una vida para alcanzarla y cuándo parece que la rozamos con la punta de nuestros dedos, desaparece. ¿Por qué? El ser humano, por naturaleza, es inconformista y siempre quiere más. Nunca nos es suficiente, por muy felices que creamos estar, siempre tenemos ese “algo” que podría mejorar nuestras vidas, o al menos eso es lo que creemos.
Para evitar caer en la desmotivación como consecuencia de un inconformismo tóxico, es fundamental enfocarnos en nuestro día a día como base de un proyecto de vida dirigido a nosotros mismos, a nuestros sueños y a nuestras necesidades. En el programa de hoy, hemos hablado un poco sobre todo esto con Jaime Aranda, fundador del primer espacio de co-working en Andalucía y experto en temáticas muy diversas, desde la innovación hasta el emprendimiento, pasando por trabajar la imagen de una empresa.
Él siempre ha defendido moverse en función de lo que le gusta y en lo que no más que en la remuneración, siempre que le ha sido posible. Jaime nos expone que una tarea generalmente vista monótona y pesada como lo es el trabajo no tiene por qué ser independiente de la diversión o, al menos, sentirse bien con lo que uno hace cada día. Es ésta una de las premisas de la filosofía fish: un método de trabajo innovador tanto en la organización como en la cultura de la empresa, buscando un mejor desempeño del empleado mediante, por ejemplo, generando un buen ambiente de trabajo. Si el trabajador es feliz, será más probable que el servicio sea mejor. Enfocado desde el punto de vista del trabajador, la felicidad será directamente proporcional a la motivación que le genere aceptar o continuar en un puesto de trabajo. Jaime Aranda tuvo esta premisa muy clara, haciendo un sencillo trabajo de introspección preguntándose a sí mismo qué es lo que agrada en cada momento antes de tomar una decisión.
Evidentemente no siempre podemos elegir en función únicamente de nuestros sentimientos. Hay muchos factores (sueldo, horario o el propio azar) externos a nosotros mismos, pero que nos influyen notablemente. Al fin y al cabo, trabajar es invertir tu tiempo a cambio de un salario, por lo que es sumamente importante pensar bien dónde apostar. También debemos conocer que, pese a aceptar un empleo supuestamente adecuado para nosotros, se pueden presentar ante nosotros situaciones desfavorables que nos hagan perder esa motivación. Clave es en este momento, según Jaime, volver a esa labor de introspección y hablar de manera sincera con nosotros mismos: qué es lo que no me está gustando, por qué no estoy bien, qué es lo que busco.
También hemos estado charlando acerca de otra de las dedicaciones de Jaime: las conferencias. El hablar de cara a un público suele ser un temor típico que padecen muchas personas. En ocasiones esto se debe a la inquietud que genera no conectar con los oyentes, para lo que Jaime recomienda trabajar la empatía. Esta cualidad es fundamental para saber dirigirse a todo tipo de públicos, analizar qué quieren, “enamorándonos” del que nos oye y conociendo a quién tengo delante. Desde las charlas TED (en las que nuestro invitado tiene experiencia cuando, según él, “tenía cosas para contar” y no hablar por hablar) hasta un profesor con sus alumnos, la empatía juega un valioso papel a la hora de conectar con el receptor y que el mensaje llegue correctamente. Sin duda, son pequeños consejos que nos parecen muy obvios, pero en el día a día pueden llegar a sernos de suma utilidad. En caso de que quieras contactar con Jaime, pues hacerlo en un sólo click.